EL ACEITE ESENCIAL
Es un producto obtenido a partir de materia prima vegetal, ya sea por destilación con agua o vapor, o desde el epicarpio de los cítricos mediante un proceso mecánico, o por destilación seca, es decir, únicamente por medios físicos. Por consiguiente, los aceites esenciales más disponibles en el mercado se obtienen por hidrodestilación.
Se trata de productos químicos intensamente aromáticos, no grasos, volátiles y ligeros (poco densos). Son insolubles en agua, levemente solubles en ácido acético y solubles en alcohol, grasas, ceras y aceites vegetales. Se oxidan por exposición al aire.
Origen
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Los aceites esenciales están presentes en distintas partes de la planta:
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en las flores (como en el caso de la lavanda, el jazmín y la rosa)
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en todo el árbol (como sucede con el eucaliptus)
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en las hojas (la citronela)
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en la madera (el sándalo)
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en la raíz (el vetiver)
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en la resina que exudan (el incienso, la mirra y el benjuí)
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en la cáscara de los frutos (el limón, la naranja y la bergamota)
Denominación
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Se denominan con el mismo nombre de la planta de origen: aceite esencial de lavanda, aceite esencial de limón, etc.
De algunas plantas se extrae más de un aceite esencial, en cuyo caso el nombre varía. Por ejemplo, de las flores del naranjo se extraen: por destilación, el nerolí o azahar; por destilación de los frutos recién formados, el petitgrain, y de la cáscara o corteza de los frutos, el aceite esencial de naranjo.
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Aplicación
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Al aceite de lavanda se usa en aromaterapia para las heridas y quemaduras.
El uso principal de los aceites esenciales es en perfumería. También se han utilizado tradicionalmente como terapia, principalmente por sus propiedades antisépticas.
Se los utiliza como conservantes para alimentos, especialmente cárnicos. Algunos aceites tienen propiedades insecticidas y acaricidas y se usan con el fin de controlar algunas plagas de manera natural.
Precauciones
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Es importante señalar que la mayor parte de los aceites esenciales no pueden aplicarse en su estado puro directamente sobre la piel, ya que están altamente concentrados y pueden quemar la piel.
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Antes de aplicarlos es necesario diluirlos en otros aceites -conocidos como aceites bases- o en agua.
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Los aceites esenciales no deben ingerirse.
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No deben entrar en contacto con los ojos. En caso de hacerlo es necesario lavarse los ojos con abundante agua, evitando tocarse con las manos.
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Deben usarse con moderación en mujeres embarazadas y niños.
Conservación
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Los aceites esenciales siempre deben estar protegidos de la luz, en frascos de vidrio opaco herméticamente cerrados, de preferencia de color azul.
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